Tras la vuelta de las vacaciones volvemos al campo de batalla que es el mes de septiembre. Un mes de comienzos, de volver a reconectar y afrontar con energía lo que queda del año.
A veces incluso nos marcamos objetivos, como si de un 1 de enero se tratara. Pues bien, un propósito que me gustaría proponeros, queridos lectores, es el siguiente: leer los términos y condiciones de vuestras redes sociales.
Es una práctica bastante habitual el no leer atentamente lo que estamos aceptando al instalar una aplicación en el móvil, cómo es el caso de Facebook, Instagram, WhatsApp y Twitter. Esto es un error fatal porque, si nos detuviéramos un momento a leer sus condiciones, podríamos saber qué estamos aceptando, además de conocer ciertas herramientas que pueden ser de utilidad a la hora de proteger tu diferencia (porque no todo tenía que ser negativo).
De acuerdo con lo establecido en el artículo 1 de la Ley de Propiedad Intelectual, el usuario es el titular de los derechos del contenido subido en dichas redes sociales por el mero hecho de su creación, por lo que ninguna red social podría retirarte dicho derecho.
No obstante, cuando aceptamos los términos y condiciones de redes sociales como Facebook, Instagram y Twitter, lo que realmente estamos consintiendo son las condiciones de su servicio, es decir: el contrato que regula nuestra relación con esa red social.
Asimismo, cuando aceptamos estas condiciones les otorgamos una licencia de uso, no exclusiva, mundial, transferible, sublicenciable, sin ninguna contraprestación económica para que puedan (en relación con el contenido que subimos de propiedad intelectual) alojar, usar distribuir, modificar, copiar mostrar o exhibir públicamente, traducir, así como para crear trabajos derivados. Ahora bien, estas “licencias de derechos de propiedad intelectual” tienen unos límites, y es que ese uso tiene que ser únicamente dentro de la propia red social o en conexión con la misma o con los servicios prestados por esta.
Hay que tener en cuenta que a la hora de aceptar estas condiciones de uso no estamos dado autorización a terceros, por lo que, tal y como adelantábamos, no todo iba a ser perjudicial. Todas las redes sociales, cuentan con un aviso legal o condiciones de uso donde podemos informarnos sobre los usos no permitidos o posibles infracciones. Es decir, las redes sociales establecen en su clausulado la prohibición de que se suban contenidos de propiedad intelectual e industrial de terceros.
Es una práctica habitual por parte de los usuarios de estas redes subir contenido de terceros. No obstante, el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Por lo que, si eres uno de los que han sufrido esta situación debes saber que, dentro de las redes sociales, existen formularios para denunciar esta y otras infracciones de tus derechos.
Es más, en estos casos no es necesario contar con un perfil previo en el que se suban los derechos que sirven de base para las denuncias, sino que en cada una se han de aportar las pruebas del derecho previo que se considera infringido con el perfil fraudulento (que puede ser una marca, o también un derecho de autor sobre una fotografía o una imagen concreta, un logotipo, incluso, incluso casos de suplantación de tu identidad o la de tu empresa).
Por tanto, siempre que puedas lee detenidamente los términos y condiciones de las redes sociales. En caso de que no comprendas del todo cómo proceder, en PADIMA estaremos a tu disposición para ayudarte y defenderte frente a las infracciones de tus derechos.
Yasmina Isabel González
Abogada del Área Legal de PADIMA